Introducción a la meditación
En mi opinión, escribiendo estas líneas desde mi experiencia práctica con distintos maestros, todas las meditaciones asociadas con la búsqueda del bienestar, tienen una base en común: Hay que meditar sin expectativas, sin objetivos, dejar la mente “en blanco” es un reto imposible y desmotivador, así que la recomendación para llevar una práctica de meditación adaptada al ámbito del trabajo es mantenerse centrado en la práctica diaria sin objetivos.
Para practicar meditación en la oficina, lo mejor es hacerlo de forma constante y también en un lugar adaptado dónde con el tiempo se pueda practicar sin la necesidad de una supervisión profesional.
A continuación os comparto algunos ejercicios para la práctica de esta técnica que forma parte también de los servicios de Yoga en la oficina de The Workin Yogi.
Ejercicio 1.
La observación
Cierra los ojos y observa. Observa como te sientes a nivel físico, mental y a nivel emocional. Puedes preguntarte ¿Cómo estas? Cómo está tu respiración y observa tus pensamientos. Esta observación se hace sin interferir, sin manipular y sin alimentar el pensamiento. Es decir, no tratamos de modificar nada. Puedes mantenerte en un lugar de espectador.
Cuando practicamos esta meditación, somos conscientes de lo que la mente nos transmite y de cómo estamos a nivel global para aumentar así la consciencia individual. Otro punto importante dentro de esta meditación es la de no aplicar ningún juicio de valor, por ejemplo, no hay pensamientos que están bien, no hay pensamientos que están mal. Puedes empezar practicando este ejercicio durante 1 minuto al día y aumentar un minuto cada semana.
Ejercicio 2.
La visualización
La meditación como visualización, para empezar, se puede hacer más fácilmente cuando alguien nos guía. Sirve para entrar en profundos estados de consciencia en los que nos imaginamos que estamos en lugares que nos hacen generalmente feliz, para poder estimular zonas del cerebro que se identifican con una sensación de bienestar. También se pueden utilizar para contactar con zonas del inconsciente, como la regresión y diferentes terapias como la reeducación cognitiva o la terapia del niño interior. Cuando visualizamos algo que nos hace feliz como la consecución de un objetivo, el cerebro empieza a crear las rutas neuronales que nos llevan a conseguir lo que buscamos.
Puedes quedarte en postura cómoda, y concentrarte en cómo te ves dentro de 2 años. Visualizas a qué te dedicas, dónde vives, la ropa que llevarías. Visualizas cómo sería tu oficina y también la gente que tendrías alrededor. A continuación te imaginas cómo empezaría tu día, con qué energía te levantas, donde vives, tu camino hacia el trabajo, cómo sabe la comida, y tus sensaciones en el cuerpo.
Ejercicio 3.
Para probar este ejercicio de meditación en la oficina, estírate boca arriba. Imagina que estás acostado sobre la hierba con tu espalda tocando su textura.
Ves nubes encima de ti, árboles a tu alrededor, y sientes la calidez del sol sobre tu cuerpo.
Entonces comienzas a ver mariposas flotando a tu alrededor.
Imagina que la primera es de color amarillo brillante. Ves que aparece en tu visión y poco a poco sale volando por detrás de ti o hacia un lado, hasta que dejas de verla.
De repente aparece otra mariposa. Esta es de color púrpura, y vuela sobre tu cabeza y delante de ti, hasta que también desaparece de tu vista. Una mariposa de color naranja que acaba de aparecer hace exactamente lo mismo que sus predecesoras. Vuela alrededor de ti mientras disfrutas de su belleza, hasta que se agita y desaparece en la distancia.
Al repetir esa secuencia de colores (amarillo-púrpura-naranja) tu mente establece que debe haber un orden.
Así que esto te ayudará cuando estés visualizando por ti mismo en un futuro, y podrás crear imágenes más claras y nítidas.
Consideraciones finales
Los beneficios de la meditación son innumerables a nivel físico y mental. En el campo del Yoga corporativo nos ayuda a encontrar nuestro Atman o Dios interior, por ello observamos y observamos hasta que vamos retirando con la observación aquellas capas de pensamientos y emociones que nos distraen de una verdadera conexión con nosotros mismos. Cuando meditamos, encontramos un momento para hablar con Dios, o por lo menos, picarle a la puerta. Como decíamos sin expectativas. Quizás un día, te abre la puerta por un segundo, y sientes una oleada de paz interior, quizás se te ilumina alguna parte tuya que desconocías o quizás consigues relajarte durante un rato.
Cuando practicas Asana en Yoga, conectas con Dios a través de tu propia respiración. Entre la inhalación y la exhalación lo mantienes dentro, entre la exhalación y la inhalación te entregas a él. ¿Pruebas a alargar esas pausas? Las técnicas de respiración o pranayama son las más sencillas para activar todos los sistemas que nos conectan con la relajación y así enfocarse mejor en la relajación y diponer la mente para la práctica de meditación. Para practicar pranayama lo ideal es tomar unas clases de Yoga en la oficina.
No dudes en solicitar información y presupuesto para empezar a practicar Yoga y meditación en tu espacio de trabajo para descubrir estas y otras técnicas para conectar con la esencia, disponer la mente para el trabajo y enfocaros así en vuestros objetivos de equipo y personales, sacando partido de vuestro más alto potencial.