
El Yoga se define de muchas maneras, pero una de la más recurrente sería la de “yoga es unión” del cuerpo, alma, espíritu, de nosotros con la naturaleza, con el universo.
Nos enseña qué no hay femenino sin masculino, que en todo ser esta la dualidad, y que debemos entender y respetar esos “opuestos”.
Muchas maestras han tenido una gran influencia en nuestra práctica y comprensión del yoga, con sus su voces, fuertes, claras y visionarias. Hoy queremos hablaros de algunas de ellas.
Sulabha, una sabia y pionera en reclamar derechos. En sánscrito, su nombre, significa accesible o natural. Ella cuestionó al propio rey. Era una intelectual y una yogui. Analizaba complejas cuestiones de filosofía, entre ellas sobre el género y los prejuicios, el lenguaje y el pensamiento. Renunció al mundo material y al matrimonio para dedicarse al intelectual y espiritual.
Algunos de sus planteamientos fueron:
– El Ser no tiene género. El Ser, o atman, el espíritu, no tiene género. Es el cuerpo físico el que posee género. Describe el género como no constante, sino que puede cambiar y es fluido.
– Hombres y Mujeres son iguales y pueden aspirar y alcanzar la liberación, o moksha. Toda la creación tiene el mismo atman, realmente no hay diferencia entre las capacidades de hombres y mujeres.
– Una persona iluminada no juzga. Esta fue la respuesta que dio al rey cuando le dijo que él era un rey emancipado y erudito, y que ella era hermosa y joven mujer y no podía ser tan erudita o tan sabia como él. A lo que Sulabha le contesto, que una persona verdaderamente «evolucionada» o autorrealizada, no juzga a nadie y menos basándose en el cuerpo físico, el estado civil o el género, sino aquella que reconoce la unidad de todas las cosas.
Gargi Vachaknavi es de los primeros símbolos del feminismo en el mundo. Nacida entre los siglos IX y VII a.C., en el norte de la India, fue una filósofa. Hija de un sabio, Vachaknu. Desde jóven se interesó por la literatura y la filosofía védica.
Su madre estaba en contra ya que había visto cómo los sabios se sumergían en los textos religiosos y se olvidaban de la vida de familia. Ella quería que su hija se casara.
Por desgracias para su madre, Gargi tenía claros sus objetivos intelectuales y espirituales. Llegó a dominar las complejas filosofías de los cuatro Vedas. Se atrevió a cuestionar a los poderosos de su época y a no dejarse encasillar en su rol de género.
Nos remontarnos a mediados del siglo XVIII cuando la India aún era una colonia británica. Krishnamacharya, conocido como el padre del yoga moderno, acogió a su primera alumna, la letona Indra Devi, conocida como Mataji, que significa madre.
Indra se mudó a la India y ocultó sus raíces bálticas cambiando su nombre, usando «dev», que proviene de la palabra “dios”. El maestro pretendía darle sólo unas lecciones, pero la dedicación de Indra lo llevó a seguirle instruyendo durante un año. Se convirtió en la primera persona occidental que enseñó yoga en India.

Abrió un estudio de Yoga en Los Ángeles, en 1948, donde actores y personajes famosos de la época, (Greta Garbo o Gloria Swanson son algunos de ellos), fueron sus alumnos. No fue la primera vez ni la última para Devi, ya que su vida la llevó a conocer y enseñar a gente influyente en el terreno espiritual, en el entretenimiento y en la política.
La Madre del Yoga influyó en China, en Hollywood y en el Kremlin por igual. Su vida era de profundos contrastes.
La práctica se reconstruye y recontextualiza continuamente, adaptándose a las necesidades de cada época.
Muchas mujeres han participado y lo siguen haciendo de este camino de evolución que es el yoga. Ellas siguen aportándonos sus sensibilidades y reflejando una búsqueda de cambio en el mundo en cuanto a los derechos de las mujeres se refiere.
Estas mujeres son nuestras antepasados, tenían una gran sabiduría y sus aportaciones hacen que podamos beneficiarnos en la práctica.
TWYConsejo: sí te ha resultado interesante, tómate el tiempo para aprender de su sabiduría.
¡A nosotras nos ha encantado descubrirlas!
Namaste WorkinYogui