Este ejercicio se puede realizar en cualquier lugar y a cualquier hora. Justo en tu silla en tu oficina, antes, o después de comer. Cuando llegues a tu casa, en el metro o bus, o en un semáforo largo, puedes encontrar ese espacio para hacerlo y sólo vas a necesitar un minuto de tu tiempo, unos auriculares y una canción que no te evoque ponerte a cantar. Si quieres puedes utilizar esta canción para medir el tiempo.
Para comprender los efectos de la práctica de Yoga, no es necesario meditar 12 horas seguidas, incómodo en una punta de una montaña del Himalaya. Al contrario, el Yoga y la meditación, con las herramientas adecuadas se puede llevar a cabo en cualquier lugar, a cualquier hora.
Antes de empezar:
Un minuto tiene enormes efectos en el sistema nervioso, no hagas trampas y quieras abarcar 5 el primer día, se empieza poquito a poco.
Por otro lado, es posible que tu mente si distraiga y se vaya a otros pensamientos (qué cenaré, lo que tengo que hacer después o me he equivocado en algo que he hecho o me he olvidado de…) ¡No te dejes atrapar! Durante ese minuto sólo dirige tu atención a tu respiración.
Ahora si, ¿preparado? Allá vamos:
Primer paso:
Donde estes sentado, hazlo sin cruzar ni pies ni manos, alarga la espalda pero sin dejarla rígida y lleva la mirada hacia el interior cerrando los ojos.
Segundo paso:
Lleva tu atención hacia el aire que entra y el aire que sale por tu nariz a través de tu respiración. Te recomiendo que te pongas una canción relajante y calcules que cuando se acaba esa canción ha pasado el minuto, de esta forma no tienes que pensar en el tiempo, solo en el aire que entra y en el aire que sale.
Tercer Paso:
Cuando se acabe el minuto abre los ojos y observa la diferencia en tu estado mental.