El camino yogi para liberarse del Ego en las relaciones profesionales (y personales)
En las relaciones con los demás existe una cualidad transformadora, que nos ayuda a mejorar las interacciones y las sinergias entre nosotros: la identificación con el personaje y el deseo de trascenderlo para crear una comunidad laboral más comprensiva y equilibrada.
Primeramente el camino empieza por el reconocimiento del EGO al que llamaremos personaje. Descubriendo el personaje interno primero, es más fácil el reconocimiento del personaje externo (el personaje de nuestros compañeros)
A continuación hablaremos de cómo auto gestionar las emociones y los pensamientos, a la hora de compartir la vida en el trabajo o en el hogar con otras personas, a veces nos sentimos heridos, ofendidos, o poco valorados, pero todo esto forma parte del personaje propio. Es la defensa de este, la defensa del Ego la que nos lleva al papel de víctima, y de responsabilizar a los demás de los problemas y frustraciones personales.
Por último el yoga nos ayuda a no imponer nuestra opinión. Llenar de obligaciones morales a una persona que empieza en un equipo, pero que aun no ha entendido el funcionamiento del personaje, será como pedirle a un principiante de Asana en Yoga que haga la postura sobre la cabeza en un primer día de clase, así que si tienes un equipo, dales tiempo para ir adaptando.
El personaje

El personaje es la máscara que nos ponemos, desde que nos vamos formando como adultos, para representar un papel muy parecido al de un actor en una obra. Esta interpretación se lleva a cabo de forma que nos auto convencemos de que esta nos escuda de sentirnos heridos y atacados. Esta constante representación del personaje tiene además la doble función de proyectarnos ante los demás con la idea de demostrar ser «algo». Por ejemplo,: listo, guapo, exitoso, pacifista, comprensivo, ayudador, líder, buen padre, buen jefe, etc. una serie de ideas mentales que nos vinculan con nuestras necesidades y carencias y que el personaje va compensando con su interpretación en lo que llamamos en yoga «maya» o el teatro de la vida.
Para poder llevar bien un equipo, hay que estar atento al personaje propio, pues cuanto más desconectado estamos de la identificación con el ego, más difícil lo tendremos para identificar al personaje que proyectamos y por lo tanto identificar al personaje de tus trabajadores será casi imposible. Cuando identificamos al personaje, empezamos a reírnos de nuestras propias reacciones, así que esta búsqueda, no es solo un aburrido auto análisis, si no una forma de reírnos a carcajadas de nuestra interpretación y el papel que hemos ido tomando a lo largo de nuestra vida y que además se intensifica en situaciones límite como el estrés donde el personaje se dispara.
Personajes hay muchísimos pero pongamos dos ejemplos muy típicos en el ámbito de la empresa, hablaremos de las posibilidades de reconocimiento de estos y cómo comprenderlos.
Ejemplo de personaje 1: El triunfador (y bastante trepa)
Si el personaje necesita mucho reconocimiento, se esforzará hasta límites insanos por llegar a resultados, por ejemplo, quedandose a trabajar hasta las 12 pm entrando a las 7 am y llevándose el ordenador (y que todo el mundo lo vea) a casa si es necesario. Este tipo de personaje buscará reconocimiento y hablará de las universidades a las que ha acudido y los logros que ha conseguido. Temas como su pareja o sus hijos siempre serán un trofeo perfecto al igual que su ropa, coche, o las vacaciones, y su proyección externa es el éxito.
El típico «bien queda». El personaje triunfador siempre quedará bien y no expondrá sus errores incluso negando le evidencia cuando se equivoca. Irá escalando de puesto, pero no se dedicará a buscar el procedimiento más acertado ni inventará métodos super perfectos, simplemente conseguirá sus objetivos de la forma que sea, incluso maquiavélicamente, para demostrar constantemente su valor y su éxito. Este personaje tiene una carencia: él mismo no se cree suficiente y busca fuera el reconocimiento y la valoración que le hacen falta.
Ejemplo de personaje 2: El líder despota y autoritario
Todos conocemos al típico ejemplo de jefe que se dirige a los demás autoritariamente y con cara de pocos amigos.
Si alguien se interpone en su camino, se verá pisoteado verbalmente. Este personaje es déspota manipula y tiene un estilo de dominar enfocado en el miedo. Nadie se atreve a decirle nada por temor a cómo reaccionará. Es una mezcla entre Rocky Balboa y 50 Cent, pero más chungo.
Con su disfraz de corbata o el traje que lleve, siempre llevan algo que los relacione con el look de malotes, pero si se los mira con atención se ven bastante desgarbados. Este personaje es fácilmente irritable, y nunca jamás quiere mostrarse débil o vulnerable, por eso su mirada es desafiante y miran directamente a los ojos sosteniendo la mirada. Sus enfados, pueden llevarle a sacudir las oficinas como terremotos, incluso dando golpes sobre la mesa y levantando la voz. Las empresas los apuntan a cursos de anger management y tienen problemas en la piel (les pica o se les pone roja de la ira contenida). Son agresivos y no toleran la traición o que alguien les gane en cualquier cosa. Son extremadamente vengativos y su camino es el de la apisonadora, «aparta o te piso».
Este personaje necesita proyectar que él domina la situación y sobre todo esconder su vulnerabilidad para protegerse.
Otros personajes
Como personajes podemos encontrar de diversos tipos. Estos dos ejemplos, son muy evidentes y los encontramos en todas las empresas. Pero tú, aunque nos seas ni el uno ni el otro, también llevas tu mascara puesta, igual que yo, igual que todos. Cuando comprendes esto, y empiezas a descubrir tu personaje, empiezas a entender el personaje de los demás. A ver sus carencias, y sus necesidades y a no dejarte llevar por sus interpretaciones aunque parezca que son «injustas» o desproporcionadas, las acciones de tus colegas, de tu familia, o tuyas, están gobernadas desde el personaje, esta máscara del Ego. Una forma de poder orientarse es utilizar herramientas de autoconocimiento: Nuestro favorito es el eneagrama donde se describen 9 tipos de personajes
Para saber más sobre el eneagrama y los 9 arquetipos visita el siguiente vídeo de Borja Vilaseca.
Autogestión del personaje
El personaje que llevamos dentro lo podemos identificar a través del camino del conocimiento de los pensamientos que van circulando por nuestra mente, y poniéndolos en duda mediante la meditación, cuestionando la veracidad de esta «vocecilla interna». Al principio no es fácil, pero las diferentes técnicas de meditación que trabajamos durante los cursos de meditación para empresas nos ayudan a enfocarnos en este ejercicio.
Nuestro personaje responde a un sistema de creencias basados en una educación y una sociedad concreta con los valores y la estructura de ésta. Lo que vemos por la tele, los personajes representados por los padres, el sistema educativo, y demás estructuras van configurando tu personaje como herramienta defensiva.
Este personaje nos limita, y nos hace vulnerables ante las supuesta amenazas «externas». Pero también es responsable de nuestro descentramiento Es un mentiroso, actor y nos guía a ciegas durante las relaciones laborales y personales.
Por ello a un personaje extremadamente atemorizado de exponerse como vulnerable, tendrá como reacción la violencia o el despotismo, pisando para que en realidad no le pisen. Por el contrario, el que siempre ayuda, y demuestra amor y protección a todo el mundo, seguramente necesita sentirse protegido o se siente desamparado. Si observas el personaje observas las carencias cuando se pone en modo interpretación «ON».
La autogestión empieza por no dejar que el personaje sea el ente dominante del carácter. Saber reconocerlo y lo más importante, cuando nos sentimos amenazados, observar cuál es el personaje del otro para comprenderlo y evitar demonizarlo, evitando así victimizarse. Cuando hay un conflicto entre dos personajes, es fácil caer en asignar culpables, pero eso no resuelve los problemas.
Las técnicas de meditación nos ayudan a observar los pensamientos, a reconocerlos y a ser empáticos con los de los demás.
Hay que hacer lo posible para mejorarse a uno mismo si se quiere mejorar la relación con los demás, pero también hay que entender que el camino es largo y no es fácil.
Ser un ejemplo sin imponerse
Ojo cuando nos damos cuenta de nuestro personaje y empezamos a aleccionar sobre cómo los demás tienen que ser comprensivos con nuestros desvaríos. Error. Eso es seguir buscando fuera una compensación a nuestras carencias.
La única solución es seguir trabajando desde el interior, desde la identificación del personaje propio, ajeno y la aceptación completa de dónde estamos y dónde están nuestros colegas, jefes o empleados. Si el contable nos cae mal sin motivo, si creemos que nuestro compañero es un trepa, si nos sentimos víctimas de la situación es porque aun no hemos comprendido de qué va el tema y seguimos creyendo que viene de fuera.
¡Esos personajes son divertidos! Observemos la interpretación, el teatro de la vida, y como cada uno se cree más o menos su papel. Empezando por uno mismo (el más dificil). Aceptando los desvaríos e injusticias de los demás como hipereacciones de un personaje (EGO) amenazado por la duda de que las creencias impuestas pueden no ser la única y segura verdad.
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Un comentario en “Yoga para mejorar las relaciones laborales.”